El lamento de los cisnes I: Preludio de Tormento de Jorge Iván Ortiz
Sin embargo, a pesar de mis inefables sufrimientos, me consuela el haberle conocido. porque él me enseñó lo que ni mis padres ni los dioses ni ningún otro ser pudieron. Él le devolvió la ilusión a mi corazón y la esperanza mi alma. si el sendero tormentoso que recorrí era el único camino que me conocía sus brazos, volvería transitarlo gustosa, aunque tuviese que descargarme mil veces por dentro.
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