Bélver Yin de Jesús Ferrero
Todos necesitan el amor; todos, alguna vez, vierten sus apetitos en el otro y todos han conocido el roce de su piel contra otra piel, ¿por qué iba a ser yo en eso diferente? Tú misma has probado muchas veces el placer sin tenerme a mí en cuenta ni siquiera como testigo secreto de tus licencias. Eso debería bastarme para no escuchar tus improperios; sin embargo, los escucho, y solo porque tus labios son más bellos todavía cuando se mueven que cuando están quietos. Me obligas a amarte en todas las mujeres que conozco; por eso, hermana mía, nunca te soy infiel. ¿Crees que esta vez lo he sido?
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