La nueva Eloísa de Jean-Jacques Rousseau
Sí, amigo mío, alábame, admírame, encuéntrame hermosa, encantadora, perfecta; tus elogios me complacen sin seducirme, porque veo que son el lenguaje del error, que no de la falsedad, y que te engañas a ti mismo aunque no quieras engañarme a mí.
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