Pompas fúnebres de Jean Genet
La madre de Jean no iba ya de luto. Llevaba un vestido blanco muy escotado, que le dejaba los brazos al aire. Era como ir de luto al estilo de las reinas. Yo sabía que tenía escondido a un soldado alemán, desde la insurrección de París, en su reducida vivienda de tres habitaciones, pero, cuando Erik apareció a su lado, una emoción muy próxima al miedo me oprimió el corazón y sentí que me ahogaba el cuello de la camisa.
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