Jane Lazarre
el terror a decir la verdad sobre nuestra vida como mujeres, la verdad de nuestras emociones, de nuestro cuerpo, del conocimiento, y las preguntas recogidas de la experiencia real. Las palabras de Emily Dickinson resuenan en las páginas de esta obra crítica y transformadora para advertirnos --"Di toda la verdad, pero sesgada"-- y recordarnos el terror a la exposición personal. Sin embardo, el corazón de este terror, como tantas veces sucede, encierra un deseo secreto: decir la verdad no sesgada sino directa, en relatos, poemas y ensayos elaborados a partir de la experiencia, traducidos con valentía a un lenguaje preciso y revelador.
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