Cowboy de medianoche de James Leo Herihy
Vio que su futuro pasaba por sentarse al borde de la cama en habitaciones de hotel a intentar pensar con claridad. Dentro de cincuenta años, con una barba larga y blanca que llegaría al suelo, se vería en un lugar idéntico, preguntándose cómo era posible que el mundo en general fuese tan peculiar como lo era en Albuquerque, y cómo era posible que lo hubiesen excluido.
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