Todas las islas la Isla de Jacqueline Cruz
Una vez en alta mar, la travesía se asemejó más a una excursión de adolescentes que a un cortejo fúnebre de personal adultas de más de cincuenta. La barca zarandeaba —y nos zarandeaba— como una montaña rusa, lo que nos provocó gritos y risas bajo las cuales casi ni se oía el vozarrón de Nino Bravo. Al partir, un beso y una flor / Un te quiero una caricia y un adiós...
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