40 abrigos y un botón: Una historia luminosa en la oscuridad del Holocausto de Ivan Sciapeconi
Tu abuelo era húngaro y los húngaros se ríen tres veces con un chiste: la primera cuando se lo cuentan, la segunda cuando ellos se lo dicen a alguien y la tercera cuando, al cabo de mucho tiempo, por fin lo entienden.
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