Réquiem por un amor de Isabelle Cruz
«Piensa, sé objetiva. ¿Te conviene siquiera intentar luchar por él? —Negó con la cabeza—. ¡Por supuesto que no! Ya sabes cómo acaban estas historias. No solo tendrías que desgastarte en vencer a esta mujer —hizo un puchero, con los ojos llenos de lágrimas—, sino que esto sería el comienzo de una larga lista. Si, por alguna especie de milagro, te quedaras con ese gañán, tendrás que vivir el mismo desgaste, la misma tortura de nuevo. ¿En cuánto tiempo, en un mes? ¿En dos? ¿Cómo podrás estar tranquila cuando él te diga que sale con sus amigos? ¿Cómo podrás creerle cuando argumente que tiene citas de trabajo o viajes?». De pronto, le llegó un pensamiento que vino a torturarla aún más. ¿Y si esta no había sido la primera vez? ¿Cuántas veces antes Alonso le había visto la cara? Sintió rabia, impotencia y lástima de sí misma. |