Violeta de Isabel Allende
Caí en trance, no hay otra explicación para esa fuga del tiempo y del espacio. Es imposible describir la experiencia de esfumarse en el vacío negro del universo, desprendida del cuerpo, los sentimientos y la memoria, sin el cordón umbilical que nos une a la vida. Nada quedaba, ni presente ni pasado, y al mismo tiempo, yo era parte de todo lo que existe. No puedo decir que pide un viaje espiritual, porque también desapareció esa intuición que nos permite creer en el alma. Supongo que fue como morir, y que volvería sentir eso cuando me llegue la hora final. Regresé a la consciencia cuando ceso el sonido hipnótico del tambor
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