Con mucho amor y mucho limón: Recetas para el calor de una noche de Irene Mendoza
Es todo cuestión de medidas. En la repostería no hay cabida para la improvisación. Son los gramos que son de cada ingrediente y el tiempo justo. Hay que mimar el producto como en todo el resto de la gastronomía, pero además hay que poner entusiasmo, ganas y fuerza al batir, al amasar. ¡Hay que darlo todo! Y, sobre todo, provocar el calor o el frío exacto para que el postre llegue a buen término, nada más.
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