Hasta que nos quedemos sin estrellas de Inma Rubiales
Siempre he creído que hay dos tipos de miedos en el mundo. Por un lado, están los necesarios, esos que nos mantienen a salvo, y, por otro, los que nos retienen en nuestra zona de confort y nos impiden llevar a cabo cosas que nos harían felices. He vivido dominada por este último casi toda mi vida. No tengo muy claro en qué categoría encajaría el miedo a enamorarse, pero justo en ese momento me doy cuenta de que ya no me importa. Voy a seguir enfrentándome a él de todas formas. Porque, al decir lo que siento en voz alta, es como si me quitara un peso enorme de los hombros.
|