El excéntrico señor Dennet de Inma Aguilera
Y había que obedecer lo estipulado. Eso me fastidiaba. Igual que con la compostura. O que con mi amor por la literatura y el escribir, hasta tal punto de anhelar vivir de ello antes que condenarme a un casamiento o a la cría de los hijos, como todas las mujeres. ¿Por qué no podía vestir como quisiera? ¿Por qué no podía hacer lo que quisiera? ¿Por qué no podía ser como quisiera? A veces sentía que no pertenecía a la época en la que había nacido. |