El principio de la oscuridad de Inka Parei
Sentía frío. A decir verdad, sentía frío siempre, el frío ya no desapareció de su vida, a pesar de las estufas universales de la postguerra, el carbón de coque al rojo blanco y, más tarde, la calefacción central. Pese a los muchos veranos que había vivido, algo quedó ahí. Un núcleo gélido e intangible, oculto en su propio interior
|