Comimos y bebimos de Ignacio Peyró
Quien todavía no se haya inclinado hacia el amor, hará bien en recordar cómo "subvierte reinos, destruye ciudades, pueblos y familias; arruina, corrompe y masacra a los hombres" e incluso, en sus peores extremos, nos lleva a olvidar "las convenciones del comportamiento civilizado".
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