Las ilusiones perdidas de Honoré de Balzac
Su hermano sigue un camino por el que se extraviará. Por el momento le compadezco; pero pronto le habré voluntariamente olvidado, ¡no por lo que hizo, sino por lo que está aún por hacer! Su querido Lucien es un temperamento poético, no un poeta, sueña y no piensa, se agita y no crea. En suma, permítame decirlo, es como una mujercita a la que le gusta aparentar, el principal vicio de los franceses.
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