I´ll be there. Siempre contigo de Holly Goldberg Sloan
—¡Te he dicho que no mirases! Emily sonrió y, bajo la atenta mirada de Haley, cruzó el campo corriendo hacia la Visión con Camiseta de Cuadros. Al ver que Haley se había queddo quieta como un pasmarote, las demás también se detuvieron; ahora había veintiuna chicas observando con los ojos como platos cómo aquel chico –en realidad era casi un hombre, pero que sobre todo parecía un diosh- le echaba un brazo al hombro a Emily, la atraía hacia él y, con la valla separando sus dos cuerpos, le daba el beso más dulce que ninguna de ellas había visto jamás. |