![]() |
Casa de muñecas; El pato salvaje de Henrik Ibsen
Cuando te has repuesto del primer sobresalto, no por el peligro que me amenazaba, sino por el riesgo que corrías tú; cuando ha pasado todo, era para ti como si no hubiese ocurrido nada. Volví a ser tu alondra, la muñequita, a la que tenías que llevar con mano más suave aún, ya que había demostrado ser tan frágil y endeble... Torvaldo, en ese mismo instante me he dado cuenta de que había vivido ocho años con un extraño.
|