El agua del lago nunca es dulce de Giulia Caminito
Iris tiene los ojos brillantes mientras enumera las razones por las que me quiere, ha confeccionado una lista, dice que soy inteligente, fiable, fiel y valiente. Justo es esa última palabra la que me sienta como un escupitajo en la frente, hace de nuestros vínculos nulidades, de mis confesiones silencios. Yo no quiero ser ninguna de esas cosas, no quiero adjetivos para mí, no quiero lágrimas, no quiero fiestas ni carteles, mis corchetes están vacíos, no tengo raíces latinas, sánscritas, francesas, no tengo prefijos ni sufijos, soy una definición vacía. |