Las Gafas De Oro de Giorgio Bassani
Me había bastado recuperar el antiguo rostro matenro de la ciudad, tenerlo una vez más para mí solo, para que aquella sensación atroz de exclusión que me había atormentado unos días antes desapareciese al instante. El futuro de persecuciones y masacres que quizá nos esperaba (desde niño siempre había oído hablar de ello como de una eventualidad para nosotros, los judíos, siempre posible) ya no me asustaba en absoluto
|