La hermana del desván de Gøhril Gabrielsen
Caigo rendida en la silla. Suspiro cansada, pienso que la vida me ha recibido con las manos resbaladizas. Me deslicé, me escurrí, flui lejos de las cosas buenas del mundo ya desde recién nacida. Por eso me encuentro en este rincón de limitadas posibilidades.
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