Poesía castellana de Garcilaso de la Vega
Pensando que el camino iba derecho, vine a parar en tanta desventura que imaginar no puedo, aun con locura, algo de que esté un rato satisfecho; el ancho campo me parece estrcho, la noche clara para mí es escura, la dulce compañía amarga y dura, y duro campo de batalla el techo. Del sueño, si hay alguno, aquella parte sola que es imagen de la muerte se aviene con el alma fatigada. En fin, que, como quiera, estoy de arte que juzgo ya por hora menos fuerte, aunque en ella me vi, la que es pasada. |