Poesía castellana de Garcilaso de la Vega
Si quejas y lamentos pueden tanto que enfrentaron el curso de los ríos, y en los diversos montes y sombríos los árboles movieron con su canto; si convirtieron a escuchar su llanto los fieros tigres y peñascos fríos; si, en fin, con menos casos que los míos bajaron a los reinos del espanto, ¿por qué no ablandará mi trabajosa vida, en miseria y lágrimas pasada, un corazón conmigo endurecido? Con más piedad debría ser escuchada la voz del que se llora por perdido que la del que perdió y llora otra cosa. |