Cada día es un árbol que cae de Gabrielle Wittkop
Cada día es un árbol que cae. Como si una voz me hubiera despertado con esas palabras. Mi propia voz, la de mis células más secretas, la de los oráculos y los sueños, la que clama en la embriaguez y susurra en la agonía. Cada día es un árbol que cae. Y he visto el declive del día y la caída del árbol...
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