Thérèse Desqueyroux: 25 de François Mauriac
Azévédo negaba que existiera una degradación peor que renegar de uno mismo. Aseguraba que no había ni héroe ni santo que no hubiera dado más de una vuelta sobre sí mismo, que no hubiera alcanzado todos sus límites. "Hay que superarse para encontrar a Dios", repetía. Y añadía: "Aceptarse obliga a los mejores de entre nosotros a enfrentarse a sí mismos, pero a cara descubierta y en un combate sin trampas. Y es por esto que sucede a menudo que estos liberados se convierten a la religión más estricta".
|