Poesía de Francisco De Quevedo
La tierra vivo, tierra al cielo miro; por merecer su habitación suspiro; de ellos aprenderé, la noche y día, a hacer tu voluntad, y no la mía. |
Poesía de Francisco De Quevedo
La tierra vivo, tierra al cielo miro; por merecer su habitación suspiro; de ellos aprenderé, la noche y día, a hacer tu voluntad, y no la mía. |