El desbarrancadero de Fernando Vallejo
Entonces volví de golpe a mi cuarto de esa lejana casa o manicomio del barrio de Laureles y una vez más vi a mi señora la Muerte, observándome con curiosidad lujuriosa desde el cielorraso manchado por las filtraciones de la lluvia. -I love you -me dijo. -¿De veras, mamita? -le pregunté. |