Pensamientos de un viejo de Fernando González
Jamás llegarás a olvidarla. Porque ella fue la primera que te enseñó que todo pasa, que todo se hunde en el misterio; porque las flores que ella te dio se fueron poniendo tristes; porque al vez cómo sobre esas flores iba cayendo el polvo, y una araña iba tejiendo su tela, y ese amor se iba volviendo recuerdo, tu corazón experimentó por la primera vez el placer más divino: la meditación.
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