Elia o La España treinta años ha de Fernan Caballero
quitóse el patron su sombrero, y entonó en alta voz un Padre nuestro por las almas de los muchos que han perecido en aquel peligroso escollo; ¡santo sufragio, tierno recuerdo del que se salva al que sucumbió, que debían respetar por humanidad los que no lo respetan por devoción! Pero esta tierna, piadosa y grave costumbre, ha sido abolida, sirviendo el impío sarcasmo de puñal para unos, de espantajo para otros. Así hicieron los impíos el gran servicio á la ilustración, de helar la oracion en la boca de la generalidad.
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