El mapa del cielo de Félix J. Palma
Hacer soñar a los demás no debería corresponder únicamente a las religiones, ni a los artistas, se dijo. No, en cada gobierno debería haber un ministerio dedicado a hacer soñar a sus cuidadanos con un mundo mejor, lleno de despachos en los que un soñador como él pudiera consolar a otros individuos regalándoles ilusiones. El mundo sería entonces, si no racional, al menos razonable...
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