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El Albatros y los piratas de Galguduud: La historia de una patente de corso en el s. XXI de Federico Supervielle Bergés
La mayoría de la gente aprende a navegar cuando ya tiene una idea de cómo conducir un coche y eso influye en la percepción del movimiento. Sin embargo, el gaditano había pasado toda su infancia navegando y para él era natural adelantarse a los movimientos del barco y aprovechar la inercia. Un barco no tiene freno, pero bien gobernado es capaz de hacer cosas que un coche no. Sobre todo con estos ejes.
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