El libro de los placeres prohibidos de Federico Andahazi
Zelda era la tercer meretriz exterminada durante los últimos meses. No cabía ninguna duda de que se trataba de la mano del mismo criminal que, con idéntica habilidad, primero asfixiaba a sus víctimas y luego, sin otro propósito aparente que el de darse un enfermizo placer, las desollaba.
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