Tempestades de acero de Ernst Jünger
Partimos hacia el último asalto. ¡Cuántas veces habíamos caminado en los años anteriores hacia el sol poniente en un estado de ánimo similar al que entonces nos embargaba! ¡Les Eparges, Guillemont, Saint-Pierre-Vaast, Langemarck, Passchendaele, Moeuvres, Vraucourt, Mory! De Nuevo nos aguardaba una fiesta de sangre.
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