Domingos De Jean Dezert,Los de Enrique Redel
Jean Dézert, tanto por pura cortesía como por simple distracción, no rechaza jamás los prospectos que le ofrecen en las aceras ancianos venidos a menos, pródigos y mal vestidos. Coge todos los papeles y se los mete en un bolsillo. De vuelta a casa, los encuentra al buscar el pañuelo, entonces los desdobla, los cuenta y los clasifica, pero solo se guarda los más interesantes.
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