Cumbres borrascosas de Emily Brönte
(...) así que nunca sabrá cuánto le amo, y eso no es porque es guapo, Nelly, sino porque tiene más de mí que yo misma. Estén nuestras almas de lo que estén hechas, la suya y la mía son iguales, y la de Linton es tan distinta como la luz de la luna es del rayo y la helada del fuego.
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