Baniano de Elsa Cross
Hiedra La tarde se absorbe en tu silencio. Bandadas de mariposas, olas que se atropellan: ¿a qué puedo comparar esto que aflora al corazón? El verano lo sepulta todo bajo su aura verde. Y en la frescura de esta hiedra, en la pureza de ese olor del agua sobre la tierra, allí te encuentro. Mis manos no te tocan, pero te veo en mi pecho. Como lumbre resplandeces. Como hiedra te extiendes, te enredas en cepas invisibles, te alzas como un zarcillo por los aires. Tu savia asciende, lo cubre todo, circula por mis venas, va por vasos pequeñísimos de raíces a tallos, de hojas que se desdoblan a corolas resplandecientes. Jardines, humedad, familias de caracoles discurren por el cristal cuando todo se llena de hiedra verde. |