Todo es fuego de Eleanor Rigby
(...) yo tampoco me voy a la cama solo. Me acompañe una presencia física o no, ella siempre siempre se viene a dormir conmigo. Y si he de elegir a quién abrazar mientras dura el sueño, yo lo tengo claro. El recuerdo fantasma de mi Dácil jamás pasará frío. |