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Maximiliano y Carlota de Egon Caesar Conte Corti
No hay que negar que el emperador (Maximiliano) tenía las manos atadas por la actitud de Bazaine y por el control, por parte de los franceses, de todas las fuentes de ingresos, pero la cosa no hubiese llegadl tan lejos si hubiese adoptado una actitud enérgica frente a Napoleón y, además, si, cuando se trataba de imponer una de mas medidas consideradas por él como indispensables, hubiese amenazado con su retirada. No hizo esto, pues, a pesar de todos los peligros, lo animaba el deseo de permanecer en el trono, aunque sólo fuese para demostrar a todos aquellos que en un tiempo le habían advertido en Europa, que él tenía la razón
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