Liubliana de Eduardo Sánchez Rugeles
Pensé, aturdido por el dolor del pecho, que el desarraigo no era más que una falsa mudanza. Quizás -me dije- aquello que llamamos hogar solo sea una invención de la memoria.
|
Liubliana de Eduardo Sánchez Rugeles
Pensé, aturdido por el dolor del pecho, que el desarraigo no era más que una falsa mudanza. Quizás -me dije- aquello que llamamos hogar solo sea una invención de la memoria.
|