Avión de Eduardo Muslip
Mi hermana hace ejercicios de imaginarse en otra situación muy distinta. A ver, dijo: imaginemos que vuelvo a tener un marido. Imaginemos que tengo muchos hijos, o al menos uno. Imaginemos que no tengo trabajo, ni casa, ni ahorros. Que soy mucho más vieja o mucho más joven, no sé, que tengo veinticinco, o sesenta y cinco. Que sos lesbiana, propuse. No retomó esa idea, eso no tenía ganas de imaginarlo. Que volverías a Argentina. Eso tampoco. En promedio estás muy bien así, la interrumpo, como cuando en alguna escuela tomo exámenes a estudiantes aburridores y me impaciento y digo basta, estás aprobado.
|