Eca De Queiros
¡Oh ingenioso tormento!¡Tormento realmente chino! No podía llevarme a la boca un pedazo de pan sin imaginar inmediatamente a la cuadrilla hambrienta de chiquillos, la descendencia de Ti Chin-Fu, sufriendo, como gorrioncillos implumes que abren el pico y pían en el nido abandonado...
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