La fragilidad de Diego Doncel
Solo los que tienen un sentimiento del tiempo conocen lo que es la vida, me dijiste. Ahora sé que estamos siempre diciendo adiós. Sentimos nostalgia incluso de lo que poseemos. Pero buscamos esa rara intensidad de vivir, ese no pensar la vida como una sucesión de días, sino los días como una sucesión de vidas. Llenar el mundo de cosas para que cuando venga la muerte solo pueda llevarse un cuerpo desgastado que no le queda nada por dar. Se han podrido los cubiertos y la vajilla con los que comíamos. La sal se ha vuelto líquida. Sale oxidada el agua de los grifos. Abro la cancela a las hierbas del jardín. Quién sabe qué está pasando al otro lado de cada flor, de cada árbol, al otro lado de mi sombra. ¿Seguirás tú defendiéndonos de los incendios y de las barbaries, de las caídas de las civilizaciones? ¿Evitarás que el más miserable de los ladrones del Calvario lleve nuestro rostro? ¿Esconderás las piedras, bajo las que alguien nos sepultará, simplemente con el gesto de servir el café de la mañana? Quién sabe si puede haber un milagro, la materia buscándose, transformándose infinitamente para que volvamos a sentarnos juntos a la mesa. Solo el dolor nos desafía a amar una vez más (EL FRÍO DE LA CASA) |