Dos chicos besándose de David Levithan
Ese amor puro, libre de etiquetas y prejuicios, nos enaltece y nos ilumina, nos empodera y exalta, y nos devuelve la confianza propia y ajena. También nos evoca respetuosos y considerados, nos mueve entre lo mágico y lo increíble y, definitivamente, nos permite renovados bríos para volver a creer que podemos ser mejores, simplemente siendo nosotros, sin máscaras.
|