Dos chicos besándose de David Levithan
Puedes dar palabras, pero no puedes arrebatarlas. Y cuando las palabras se dan y se reciben es cuando se comparten. Recordamos esa sensación. Palabras tan reales que eran casi tangibles. Hay conversaciones de las que te acuerdas, por supuesto, pero por encima de todo esta la sensación de dialogar. Eso e lo que recordaras, incluso cuando las palabras empiecen a difuminarse Lo que diste, lo que recibiste. Lo cerca que sentiste a esa persona. lo extraordinaria que fue esa cercanía. Compartir las palabras se vuelve tan importante como las propias palabras. La sensación permanece contigo, te vincula al mundo.
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