La Segunda Revolución: Heredero de Costa Alcalá
Kózel Hokulea abre poquito a poco un ojo. El otro sigue firmemente pegado a la almohada. En un primer momento no reconoce dónde se encuentra. Todo está mal, desde la habitación, demasiado pequeña, a las ventanas, que dan a un paisaje verde con árboles y edificios al fondo en vez del mar con el que Kózel suele despertar cada mañana. Tampoco le cuadra que haya un chico a medio vestir, aunque también podría referirse a él como "a medio desnudar", canturreando al otro extremo del cuarto. Entonces recuerda: está en el Liceo de Blyd y es el primer día de clase.
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