Dulce tentación de Cora Reilly
La sorpresa se adueñó de su rostro. La misma sorpresa que había sentido yo desde el minuto uno de nuestro matrimonio. No era en absoluto como yo había esperado. Podía haber montado un numerito de adolescente, pero, en lugar de eso, estaba tratando de asumir las responsabilidades de su nueva vida. Se encargaba de todo de forma atenta y adorable. Parecía demasiado buena para ser real. |