Furia de Clyo Mendoza
Pero el rencor ya era un monstruo de una masa espesa, impenetrable. Él le dijo que volvería, le puso un beso frío en la frente y partió a pelear una guerra en la que no sabía qué defendía, a quién, ni por qué causas.
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Furia de Clyo Mendoza
Pero el rencor ya era un monstruo de una masa espesa, impenetrable. Él le dijo que volvería, le puso un beso frío en la frente y partió a pelear una guerra en la que no sabía qué defendía, a quién, ni por qué causas.
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