Claudia Piñeiro
Quisiera, cuando terminen mis días en la tierra, sorprenderme con que sí hay algo más. (...). Un lugar donde encontrarnos otra vez y para siempre. Puede ser el aire, o el agua, un atardecer o el corazón de los que quedan vivos. Que a ese "Dios", o como quieran llamarlo, cada uno le construya su propia catedral.
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