Algo más que una dama de Christine Cross
(…) En ese momento comprendió que solo el amor daba verdadero sentido a la vida, porque cuando la belleza y la juventud se marchitasen, cuando el cuerpo y la mente se fuesen consumiendo desterrando las habilidades y capacidades de la mocedad, si había amor, aún quedarían las miradas colmadas de ternura y un hombro sobre el que acurrucarse junto al calor de la chimenea en las frías tardes de invierno.
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