Ya no quedan junglas adonde regresar de Carlos Augusto Casas
El viejo miró el reloj. Las tres y diez. Llevaba más de tres horas esperando y el tipo de la gorra al revés no aparecía.
|
Ya no quedan junglas adonde regresar de Carlos Augusto Casas
El viejo miró el reloj. Las tres y diez. Llevaba más de tres horas esperando y el tipo de la gorra al revés no aparecía.
|